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MASONERÍA DE CASTILLA Y LEÓN

¿Existe relación entre el Gobierno y la Masonería?

¿Existe relación entre el Gobierno y la Masonería?

diario.es

Juan Carlos Rodríguez | 8:40 - 20/12/2008

¿Hay políticos en las logias? Una respuesta simple sería: pues sí. Lo mismo que profesores, abogados, médicos, prejubilados. ¿Tienen, en cambio, influencia en la política? Parece que no. Pero es cuestión de fe. De creer a unos u otros. El "gran maestre" de la Gran Logia de España, Josep Corominas i Busquetta, levantó una polvareda tremenda hace apenas tres años.

Fue en ese momento, antes de las últimas elecciones, cuando lanzó la piedra y escondió la mano al afirmar que ocho miembros del Gobierno de Zapatero eran masones. No dio nombres, por supuesto.

José Carretero Doménech, sucesor de Corominas, sin embargo contradice a su predecesor. A la pregunta de si "hay masones dentro del gobierno español" responde: "Si se coge una muestra de la sociedad al azar y luego se coge a la masonería, hay diez veces más gente de alto nivel en este grupo. Dudo que Rodríguez Zapatero esté en masonería, ni siquiera alguno de sus ministros, pero los ha habido como fue Jerónimo Saavedra, ex ministro de Cultura".

Mucho rumor y pocas pruebas

La rumorología encontró su filón, claro. Ricardo de las Heras, autor de De las primeras logias al gobierno de Rodríguez Zapatero (Styria), sentencia: "Yo afirmo que el gobierno español actual es masón porque el presidente pertenece a la logia y algunos de sus más significados ministros, también."

"Esta afirmación la baso en datos concretos y en declaraciones de hermanos masones, como Ortiz Burbano de Lara, Venerable Maestro de la Logia Simbólica -La Fraternidad nº 387, de Nueva York- que aseguran la pertenencia de Zapatero en la masonería". El incombustible Ricardo de la Cierva tiene su quiniela, aunque son opiniones lastradas por el arrebato ideológico.

Sí o no, la cuestión es que nadie lo ha probado y que el propio entorno del presidente del Gobierno lo ha desmentido una y otra vez. En cualquier caso, hay quien insiste por el simple argumento de que el abuelo de Rodríguez Zapatero, el capitán Juan Rodríguez Lozano, pudiera haber sido masón, lo cual tampoco se ha probado. Santiago Río lo afirmaba, sin embargo, en su libro La verdadera historia de los masones (Planeta), escrito en colaboración con Jorge Blaschke.

La asignatura ’masónica’: Educación para la Ciudadanía

El periodista José Antonio Ullate, autor de El secreto masónico desvelado (LibrosLibres), afirma que "aunque no pueda asegurarlo, no creo que en lo más alto del poder político haya masones, pero lo que sí se puede afirmar que es la política la que está implantando las ideas de los masones en nuestra sociedad."

"Por ejemplo, Educación para la Ciudadanía es una asignatura que recoge los postulados del naturalismo masónico pero dudo mucho que haya intervenido un solo masón en su elaboración. Las organizaciones masónicas la apoyan, pero la asignatura no ha surgido de las logias".

En definitiva, "es el poder político y económico el que se identifica con los postulados masónicos, aun cuando sus miembros no pertenezcan a ninguna logia". Por eso, Ullate afirma que se equivocan quienes rastrean políticos o banqueros que formen parte de alguna sociedad.

Y quienes creen que hay un poder en la sombra. Según Ullate, "si se leen los libros de los grandes masones actuales uno se encuentra con un panorama decepcionante. Cuesta creer que esas manos puedan dirigir la política española".

La ineficacia en España

Masones famosos aparecen vinculados a luchas por el poder, conspiraciones y guerras instaladas en el imaginario popular de nuestro país, tal como revela Manuel Ayllón en su reciente libro Historia de Masones: de El Escorial a Banesto (Belacqua). Banesto, sí. Ayllón cuenta con detalle las maniobras de Mario Conde, notorio masón, para encabezar un tercer partido en España.

Ejemplo, según el autor, de que la masonería española no tiene hoy ni eficacia, ni influencia, ni apenas existencia, y que realiza un esfuerzo patético para recuperar la influencia que tuvo en los umbrales de la II República y con el surgimiento de Izquierda Republicana.

Sea como sea, si miramos al pasado todo cambia. Reyes, presidentes y banqueros aparecían afiliados a importantes logias en sus distintos ritos. Es obvio que, según afirma Manuel Ayllón, en el Reino Unido la masonería controla por igual la política y la economía. Lo mismo puede decirse de Estados Unidos, cuyos presidentes sin excepción hasta Clinton han sido masones: el Pentágono sigue actualmente en manos de las grandes logias.

Masones de la Historia

En España, la guerra civil marca un antes y un después. Al punto, que algunos investigadores quieren ver la contienda como un enfrentamiento entre Franco y los masones. Una exageración, sin duda. Pero si seguimos a Ayllón, Azaña y Martínez Barrio eran masones, y Prieto y Besteiro, y Díaz y Mije.

Pero también lo eran los generales sublevados Cabanellas, Núñez de Prado y López Ochoa así como el ’Hermano Tertuliano’, que no era más que el ministro de Instrucción Pública en el primer gabinete de Franco, el monárquico Sainz Rodríguez. Los hermanos del General Franco, Ramón y Nicolás, eran masones, y por lo que cuenta Ayllón, su cuñado Serrano Suñer, también.

Vayamos más atrás aún. Según José Antonio Ferrer Benimeli, uno de los más serios historiadores del asunto masónico, publicó Jefes de Gobierno masones. España 1868-1936 (La Esfera de los Libros). La lista comparte algunos de los nombres ya reseñados por Ayllón durante la II República: Casares Quiroga, Manuel Portela Valladares, Ricardo Samper, Diego Martínez Barrio -Gran Maestre del Gran Oriente Español-, Alejandro Lerroux y Manuel Azaña, aunque su militancia fue "breve y anecdótica". A ellos habría que sumar durante la Guerra Civil y el Gobierno en el exilio, vinculado sobre todo al PSOE, a otros cuatro: José Giral, Rodolfo Llopis, Álvaro de Albornoz y Fernando Valera.

Luces y sombras

"Dicho de otra forma -señala Ferrer Benimeli-, desde 1931 a 1973, la historia de la República española estuvo siempre presidida por jefes de gobierno masones, excepto Alcalá-Zamora y Joaquín Chapaprieta". Y sigue pasando lista: durante la guerra tan sólo Largo Caballero y Negrín no eran masones. Y en el exilio, el único "presidente" sin mantel fue Félix Gordon Ordás.

Entre 1931 y 1868, Ferrer Benimeli cita a Segismundo Moret, Práxedes Mateo Sagasta, Manuel Ruiz Zorrilla -Gran Maestre y Soberano Gran Comendador del Grado 33, versión del Grande Oriente de España, hoy unido a la Gran Logia de España- y el General Prim, primer jefe de Gobierno masón español.

La gran conclusión de Ferrer Benimeli es contundente: "La masonería y sus hombres han tenido y siguen teniendo sus luces y sus sombras, quizás más sombras que luces, a pesar de la idealización romántica de algunos o el contubernio partidista de otros".

Falsas acusaciones

La historia tiene, sin embargo, sus contrapuntos. Por ejemplo, las falsas acusaciones de masón. Cuanto menos son curiosas. Y dan una idea de cuánto está siendo manipulado el asunto. En 2006, por ejemplo, se reeditó una Historia del Supremo Consejo del Grado 33 para España y sus Dependencias y de la Masonería, originalmente publicado en México en 1961, que sencillamente es falso.

De los 200 "eminentes masones" que enumera, Ferrer Benimeli descarta a 175. Entre ellos, por ejemplo, Agustín de Argüelles, Rafael del Riego, Espartero o Pí y Margall, a quienes aún hoy se les sigue citando.

Lo curioso es que, si seguimos a Ferrer, las "falsedades" surgen, sobre todo, desde dentro de las logias masónicas. Por ejemplo, según la Gran Logia de España y su revista Conde de Aranda, cuyo número 1 fue presentado por Xavier Ruiz de Amoraga e Ilia Galán, el panteón de "masones ilustres" está formado en una mezcla portentosa de política, arte y literatura por Amadeo I de Saboya, Mendizábal, Largo Caballero, Serrano, Sanmartín, Benlliure, Espronceda, Larra, Echegaray, Antonio Machado o el mismo Conde de Aranda. Ferrer Benimeli lo rechaza: "Ninguno de ellos lo fue".

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