León, punto de encuentro de masones 70 años después
LEÓN.— Se sabe lo que la masonería no es, ni secta ni religión ni partido político, pero son muchas las personas que no sabrían explicar en qué consiste realmente. Incluso algunos masones tienen cierta dificultad en definir la orden a la que pertenecen. «Una sociedad iniciática», dicen, «en la que la información se va dando en función del grado».
Ese halo de misterio se ha convertido históricamente en una de las características principales de la masonería, en uno de sus atractivos, en una de sus más útiles herramientas de supervivencia cuando han sido perseguidos y también en uno de los grandes inconvenientes para su formación y desarrollo. Ese halo de misterio, como nunca podrá evitarse, cubre también el encuentro que se celebrará este fin de semana en León. Será la primera reunión de una logia (forma de estructura de la masonería) en esta ciudad en más de setenta años, pues desde que comenzó la Guerra Civil y, con ella, la persecución, entre otros, de los masones, nunca se había celebrado aquí lo que los propios miembros de esta sociedad denominan una tenida.
Se trata de una de las reuniones, más o menos mensuales, que cada una de las logias celebra. A la que se celebrará este fin de semana en León acudirán una treintena de masones y, como todas, se dividirá en dos partes. Por un lado tendrán lugar los ritos siempre ligados a esta sociedad y, por otro, el debate, que suele ser de carácter filosófico ya que está prohibido abordar temas como la religión o la política. Al frente de ella estará la máxima autoridad de la logia, el llamado Venerable. Por supuesto, tanto el nombre de la logia que celebrará su tenida en León como el lugar y el momento son secretos hasta después de que haya terminado.
La última reunión de una logia masónica celebrada en León se produjo en el año 1936. Entonces comenzó la persecución de lo que Franco denominó una conspiración judeo-masónica, una persecución brutalmente efectiva, tanto que contribuyó a incrementar un poco más la leyenda que desde siempre ha estado ligada a esta sociedad: se dice que durante la dictadura fueron ejecutados 40.000 masones, aunque realmente sólo formaban parte de la orden cuando comenzó la Guerra Civil 7.000.
El dicho popular de «¿Quién es masón? El que me precede en el escalafón» sirve como ejemplo de la serie de teorías conspirativas que giraron en torno a esta sociedad durante el franquismo. Adquirió su legalidad con la Ley de Asociaciones aprobada por el gobierno de Suárez, y ha vuelto a la actualidad con 'El Código da Vinci', libro que algunos masones consideran que les perjudicó y otros lo contrario pero que a ninguno dejó indiferente.
En León, cuando comenzó la guerra, tan sólo quedaba operativa de la logia Emilio Menéndez Pallarés. Otras dos logias, una de ellas localizada en el Bierzo, habían «abatido filas», como dicen los propios masones, con anterioridad. La persecución de los masones durante el franquismo les impedía reunirse y celebrar sus ritos, y desde la Transición nunca una logia había escogido León para realizar una de sus tenidas, algo que cambiará durante este fin de semana. En cualquier caso, lo que resulta evidente es que no hay actualmente demasiados masones leoneses. «Si León hubiera sido una ciudad más próspera se hubiera celebrado una tenida antes, pero de aquí mucha gente se ha tenido que ir para trabajar, y una de las condiciones para ser masón es ser libre e independiente», apuntan desde esta sociedad.
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